Esperabamos con ansias una muerte violenta para el jueves, para satisfacer nuestro morbo y deleitarnos con una autopsia...hasta teniamos invitados. Pero ese dia no hubo un solo muerto en el SML, pero el destino nos tenia preparado algo mejor...proxima parada: La Piojera. Llegamos y lo primero que nos recibió fue ese olor como a un carrete centenario que no quiere terminar, pero la nariz se acostumbra rapido y a los 5 minutos ya no lo sentiamos. 
Nos acomodamos, y empezamos...no, no empezamos, el mozo amargado que nos atendió dijo: "No les puedo traer nada sin antes pedir carnet de identidad", todas le dimos las gracias y obedientes se lo mostramos, pidiendole a cambio la nunca bien ponderada corrida de Terremotos; que merecen mención aparte, porque no se que contienen, pero puta que está bien puesto el nombre. 
Despues de eso vienieron, la risa, las confesiones, las cobradas de sentimientos. Fue tambien un dia de decisiones importantes, o no Cyntia?...claro que no se que sustento tengan en el tiempo.
Por supuesto, las infaltables conversaciones matroniles, nada mejor para un carrete que tratar de acordarse cual es el apellido de la paciente de la cama 55, o contarle al "señor del abrigo" que llegó para su desgracia a sentarse a la mesa de al lado, cual fue el APGAR de la cesarea de las 10:00 o la competencia porquien tiene la historia de hospital mas freak.
Pero mas allá de lo extraño y repetitivo que parezca todo eso,es eso lo que nos mueve, lo que nos reune y nos hace vibrar. 
Y que mejor lugar para un tan sagrado dialogo que el bar donde se mezclan poetas, trabajadores, artistas, estudiantes, empleados... y, en general, todos los sedientos de amistad y de cariño?Sólo en La Piojera el bar de los Republicanos.
Y lo mejor de todo: Entrada liberada (la salida es la que cuesta).
